El gobierno paraguayo reiteró que empresas estadounidenses
comenzarán este año la explotación de petróleo en la región del Chaco y expresó
disposición a subsidiar la energía a utilizar por la multinacional canadiense
Río Tinto Alcay.
Federico Franco,
quien asumió la presidencia de la República tras la destitución del mandatario
constitucional, Fernando Lugo, consideró como una buena noticia que empresarios
norteamericanos aseguraron producción petrolera en las concesiones cedidas por
el Ejecutivo en el Chaco.
Según Franco, los yacimientos paraguayos, entregados a esas empresas foráneas, iniciarán la etapa productiva en diciembre próximo, aunque no se revelaron las estimaciones sobre la importancia de ella.
Sin embargo, especialistas recordaron que la Guerra del Chaco (1932-1935) tuvo como impulso principal a la compañía norteamericana Standard Oil Company, empeñada en apoderarse de tal beneficio petrolero en esa zona.
Por otra parte, Franco rompió lanzas, una vez más, a favor de Río Tinto Alcay que enarbola un proyecto para instalar una planta de producción de aluminio, también en territorio chaqueño.
Las exigencias de la transnacional canadiense para materializar ese plan incluyen el subsidio por el Estado paraguayo de la enorme cantidad de energía que necesitará esta instalación, la cual el Gobierno indica suministrará de la hidroeléctrica Itaipú.
Franco subrayó que, para favorecer a Río Tinto Alcay, se cambiará el sistema de suministro de la hidroeléctrica binacional para no vender más energía de Itaipú a Brasilia, que tiene derecho al 50 por ciento de la producida por esa usina.
Un experto en la materia, el ingeniero Ricado Canese, calculó que eso costaría al Estado 14 mil millones de dólares durante 20 años de subsidio, el cual la multinacional quiere extender a 50 años y la empresa canadiense consumiría el 50 por ciento del potencial hidroeléctrico del país.
Paraguay carece de bauxita o alumina, materia prima necesaria para producir aluminio, así como de brea de alquitrán, coke, combustibles y fluorita, lo cual deberá importarse y costear el flete, costo que sería cargado al Estado guaraní, según el acuerdo planteado y objeto de fuertes críticas.
Según Franco, los yacimientos paraguayos, entregados a esas empresas foráneas, iniciarán la etapa productiva en diciembre próximo, aunque no se revelaron las estimaciones sobre la importancia de ella.
Sin embargo, especialistas recordaron que la Guerra del Chaco (1932-1935) tuvo como impulso principal a la compañía norteamericana Standard Oil Company, empeñada en apoderarse de tal beneficio petrolero en esa zona.
Por otra parte, Franco rompió lanzas, una vez más, a favor de Río Tinto Alcay que enarbola un proyecto para instalar una planta de producción de aluminio, también en territorio chaqueño.
Las exigencias de la transnacional canadiense para materializar ese plan incluyen el subsidio por el Estado paraguayo de la enorme cantidad de energía que necesitará esta instalación, la cual el Gobierno indica suministrará de la hidroeléctrica Itaipú.
Franco subrayó que, para favorecer a Río Tinto Alcay, se cambiará el sistema de suministro de la hidroeléctrica binacional para no vender más energía de Itaipú a Brasilia, que tiene derecho al 50 por ciento de la producida por esa usina.
Un experto en la materia, el ingeniero Ricado Canese, calculó que eso costaría al Estado 14 mil millones de dólares durante 20 años de subsidio, el cual la multinacional quiere extender a 50 años y la empresa canadiense consumiría el 50 por ciento del potencial hidroeléctrico del país.
Paraguay carece de bauxita o alumina, materia prima necesaria para producir aluminio, así como de brea de alquitrán, coke, combustibles y fluorita, lo cual deberá importarse y costear el flete, costo que sería cargado al Estado guaraní, según el acuerdo planteado y objeto de fuertes críticas.
Nenhum comentário:
Postar um comentário